Serán lícitas las grabaciones de las conversaciones que no atenten contra los derechos fundamentales de las personas (derecho a la intimidad y/o al secreto de las comunicaciones regulados en los arts. 18.1 y .3 de la Constitución Española).

A este respecto, la Doctrina y Jurisprudencia establece que los Jueces y Tribunales considerarán prueba ilícita la grabación de una conversación que haya sido obtenida dentro del ámbito de la vida personal o privada del interlocutor al que afecta la conversación, y además, a través de algún medio oculto, como por ejemplo, por medio de una cámara o grabadora oculta.

También establece la Doctrina y Jurisprudencia, que tendrán la consideración de prueba lícita en un procedimiento judicial, las grabaciones de las conversaciones en las que el autor es parte integrante de la conversación grabada.

La sentencia del Tribunal Constitucional núm. 114/84 de fecha 29 de noviembre, asentó Doctrina respecto a estas cuestiones y estableció que quien emplea en una conversación en la que es interlocutor, un aparato o dispositivo que permita copiar la conversación, no está violando el secreto de las comunicaciones, salvo que de su contenido se desprendiera que atenta contra la esfera privada e íntima del interlocutor al que afecta la grabación.

En consecuencia, será considerada prueba lícita en un procedimiento judicial la grabación de la conversación en la que una parte quien grabe la conversación sea interlocutor en dicha conversación.